De cal y arena para el concreto

Aunque la producción y venta despuntó en mayo, podría volver a contraerse.

Pese a que la venta y producción de cemento despuntó en mayo tras la flexibilización de la orden ejecutiva, el aumento registrado podría deberse a la demanda acumulada al cabo de los tres meses de paralización comercial y no necesariamente a un incremento en las labores de construcción.

Según los datos más recientes del Instituto de Estadísticas, en el pasado mes se produjeron 1,034,100 sacos de cemento de 94 libras y se vendieron 1,240,000, lo que se traduce en un aumento cercano a 2.5% y 2% respectivamente, al compararse con los datos obtenidos a la misma fecha el año pasado.

En marzo, cuando la gobernadora decretó el cese de todas las actividades comerciales para mitigar el contagio del coronavirus, solo se produjeron 493 mil sacos aproximados y se vendieron 526 mil. En abril, la producción mermó a 377 mil sacos aproximados y se vendieron cerca de 451 mil.

El arquitecto Umberto Donato, presidente de la Asociación de Contratistas Generales Capítulo de Puerto Rico (AGC-PR), señaló a EL VOCERO que el aumento está estrechamente relacionado a la reapertura de la construcción que se efectuó el pasado 11 de mayo y no necesariamente a un aumento en las obras, pues muchas construcciones aún permanecen detenidas.

“El repunte en la venta de cemento en mayo estuvo motivado por la reapertura de la construcción luego de dos meses de que la gobernadora ordenara el cierre total de nuestra industria. Estaremos atentos al comportamiento de este indicador durante los próximos meses para determinar si el aumento en ventas es sostenible y responde a un aumento en proyectos nuevos”, comentó Donato.

El director ejecutivo de la Asociación Puertorriqueña del Concreto (APC), Thomas Kierce, concurrió en que no ha habido un aumento en obra pública, pero enfatizó que sí han incrementado las obras individuales como resultado del pago de las reclamaciones tras los terremotos y las ayudas federales, lo que pudo haber causado el aumento en producción y ventas de concreto.

“Lo que se estima es que se debe al dinero que está corriendo actualmente en la economía, ya sean por los incentivos o reclamaciones. No hay un aumento en obras públicas y no es solamente los proyectos del gobierno, sino también los proyectos individuales que han aumentado. A esto se le suma la acumulación de la demanda por los dos meses y medio en que no se tiró una yarda”, señaló.

 

Previo a la emergencia ocasionada por el coronavirus, la venta y producción de concreto en Puerto Rico se contrajo nuevamente tras haber experimentado un leve periodo de bonanza como resultado de la tardanza en el desembolso de fondos federales para la reconstrucción y la paralización de obras públicas. El mercado local de concreto se desplomó sobre un 6% al cierre del año natural 2019 y la situación con los desembolsos sigue siendo la misma.

Pese a que $20,500 millones en fondos fueron asignados a la Isla para hacer frente a la devastación ocasionada por el huracán María hace poco menos de tres años, el Departamento de la Vivienda federal (HUD) solo ha desembolsado una primera asignación de $1,507 millones por desconfianza en el manejo del gobierno local.

“Es bien importante que se agilice el comienzo de los proyectos de reconstrucción con los fondos federales que ya han sido desembolsados para fomentar el crecimiento de la industria y la creación de empleos. Actualmente, hay $20,000 millones en fondos aprobados que pudieran impactar la economía por los próximos 10 años”, agregó Donato.

Según el Resumen Económico que elaboró la Junta de Planificación para el mes de marzo, la producción de cemento alcanzó un total de 825,000 sacos durante enero de 2020, lo que representó una disminución de 17.1% al compararse con enero de 2019. Las ventas totalizaron 850,000 sacos, lo que representa una merma de 5.1% con relación al mismo mes en el año previo.

Por otro lado, a la situación se suma el aumento salarial a las contrataciones gubernamentales de empleados para la construcción que aprobó el exgobernador Ricardo Rosselló y que generó una inflación en costos. A causa de la medida, se paralizó el comienzo de varias obras públicas y se detuvo por completo el avance de algunas construcciones privadas, lo que a su vez afecta la industria del concreto.

“El aumento de salario a $15 la hora generó una presión indirecta en el mercado de la construcción y otras áreas de la industria. Aunque este aumento no aplicaba a la industria privada, si causó un efecto dominó. Si se tenía un sector de la industria con esos salarios, esa presión de mercado afectaría otros sectores. El costo de construcción en el área privada también subió mucho y los proyectos dejaron de ser viables y se detuvieron”, aseguró Donato en entrevista previa con EL VOCERO.