La construcción es esencial en la respuesta al virus

Hace unos días vimos cómo la gobernadora Wanda Vázquez y su administración tomaron la valiente decisión de decretar una emergencia de salud pública y de establecer estrictas medidas de distanciamiento social y toque de queda para detener el contagio y la propagación del virus COVID-19. Fuimos una de las primeras jurisdicciones en los Estados Unidos en tomar dicho paso para proteger la salud y la vida de la población.

La industria de la construcción, que es la responsable de ofrecer servicios críticos de mantenimiento, reparación y mejoras a infraestructura pública y estructuras privadas, incluyendo hospitales, puentes, carreteras, agua potable y electricidad- quedó paralizada bajo la orden del gobierno de Puerto Rico.

A más de una semana desde el comienzo del periodo establecido por la orden ejecutiva, la industria de la construcción entiende que es momento de discutir cómo y cuándo retomaremos la actividad en la construcción ante esta nueva realidad. El Capítulo de Puerto Rico de la Asociación de Contratistas Generales de América (AGC-PR) se hace eco de la petición que le hiciera su matriz en Washington, D.C., AGC of America, a todos los jefes de gobierno en los Estados Unidos para que consideren a la industria de la construcción como un servicio vital y esencial que debe permanecer operando durante este periodo de emergencia.

La paralización de la industria de la construcción – desde los proyectos hasta la cadena de distribución de productos y servicios – no solo tiene enormes implicaciones económicas, sino que pone en riesgo el mantenimiento de infraestructura esencial, y la reparación y construcción de instalaciones y edificaciones que sufrieron daños por los huracanes Irma y María en el 2017 y los terremotos de enero de 2020. Mantener en suspenso estos trabajos pone en riesgo la seguridad de los puertorriqueños que dependen de vías de tránsito y hogares seguros, hospitales modernos, instalaciones de manufactura y distribución eficientes, agua potable limpia y servicios de electricidad y telecomunicaciones confiables.

Reconocemos que reactivar la industria conlleva la implantación de estrictas medidas de seguridad para proteger la salud y seguridad de nuestros trabajadores. Fundamentados en las guías del CDC, DOL y OSHA, estamos confiados en que podemos reactivar este importante sector de nuestra economía de manera responsable, en justo balance entre las necesidades de salud y económicas. Entre las medidas de seguridad que estaríamos adoptando están: comunicar las guías del CDC en los proyectos, políticas de trabajo remoto aplicables al personal no esencial, aumentar las rutinas de limpieza e higiene, utilizar guantes adecuados para cada tarea, reuniones de 10 personas o menos con una separación de seis pies de distancia, limitar la entrada a los proyectos, designar un representante para monitorear señales de enfermedad y no beber ni comer de un mismo recipiente.

Vencer esta pandemia es responsabilidad de todos, por mucho más tiempo que lo mandado por la cuarentena. Tenemos que aprender a vivir y lidiar con los retos de esta nueva realidad, al igual que lo hicimos con los huracanes y terremotos. En el proceso es imprescindible velar por la salud de la población y su bienestar económico. Esto requiere un justo balance de factores como salud, infraestructura y economía. La industria de la construcción está lista para servirle al pueblo de Puerto Rico velando por la salud y la seguridad de sus empleados como siempre lo ha hecho.